Solía contar las traviesas de las vías
-una, dos, tres, cuatro, cincuenta,
las sentía como astillas clavadas
que sólo se sacaban a la vuelta-
y cada suma era tiempo perdido
que podría estar gastando contigo.
Ese tiempo que perdemos
se vuelve polvo si lo miro
y si intento cogerlo sale volando,
siendo sombra lo único que queda,
una sombra inacariciable e inútil.
¿Te daría a ti una triste sombra?
Por cada raíl avanzado
un ligero intento de homicidio
que nunca cumplió su pena.
Pero que no se haga justicia:
los trenes me llevan a casa,
y las vías yo me las clavo...
2 comentarios:
y luego no queremos decirle al pariente "novio" no ayyyyyyyy el amor que nos hace dsvariar.
que bonico coño
iadepuraXD
me MEO en las putas vías! :D
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