sábado, 22 de agosto de 2009

El papelón.


Cuando era pequeña me encerraron en un castillo de cartón. Yo era una princesa que recibía la visita de unos alpinos que venían de la guerra. Uno de ellos llevaba un ramo de flores, que prometía regalarme si me casaba con él. Y pobre de mí, seguidora de la tradición sólo pude mandarle a hablar con mi padre para solicitar su bendición. Sin embargo, el rey no estaba de acuerdo con el enlace y le mandó fusilar allí mismo, ante la ventana de mi castillo de cartón. Entonces yo, atormentada por el cruel destino y la pérdida de mi pretendiente, me dejé morir de pena sobre el cuerpo sin vida del joven alpino. Después de esto el rey, arrepentido, se retiró a los montes de China a morir, preso de los remordimientos que le perseguían...

Siempre pensé que era una historia un poco macabra para una obra de guardería.
Por cierto, la tengo grabada en vídeo por si a alguien le interesa...





Sólo queda un mes para despertar. Y vuelta al ruedo.

2 comentarios:

Juan Grako dijo...

Que teatrera has sido siempre

Marta dijo...

dios que grande,


y el rey dijo; Paula me tengo que ir a china... y se fue XD





dios que kukada de niña ahi cual ruiseñor asomando la gaita por la jaula.

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