jueves, 21 de enero de 2010

Desde pequeños nos han enseñado que las historias acaban bien, y qué engañados estamos.
De poco le había servido una mente brillante, un rostro angelical y un metro ochenta de cuerpo envidiable. Nada más que para cubrirlo con ese abrigo viejo, con las costuras algo descosidas, al que tanto cariño tenía, y pasearlo por el centro de una ciudad que pese al frío y a la lluvia, cada invierno ardía en llamas por donde ella pasaba.
Hacía años que se debatía si culpar al destino o al azar. Harta estaba de escuchar peroratas de psicólogos que creían saber indagar en su mente, de leer libros de Bucay y de darle otras oportunidades a la vida cada año nuevo. Su cabeza no le daba tregua, ideaba distintos desenlaces para su teatrillo -a cual más original, a cual menos realizable- cada día uno nuevo, como Sherezade, permitiéndose amanecer sujeta de una ilusión una mañana más, y otra más, y otra más... antes de rendirse a la muerte de sentirse vacía.
Pero mil y una noches no duraban toda una vida.

Un día se armó de valor y entró a una farmacia.
- ¿Tiene pastillas para no soñar?
Se llevó diez cajas.
Antes de acabar la primera se secó por dentro. Ya no era más que un autómata. Dentro de sí sólo había sueños, y cuando a los sueños se les cerró el paso su esencia la abandonó y corrió tras ellos.
Su segunda muerte la sorprendió con los ojos abiertos, en cualquier café, en cualquier esquina... Nada más que eso puede pasar si huyes de lo único que es realmente tuyo.

(Moraleja: Ninguna)

4 comentarios:

nisaaaa dijo...

po mooola

Marta dijo...

yo si la tengo:


no desentierres JAMÁS perros en prosseso de descompossision


que fatiga ostiaaaa...



yo tb quiero diez cajas de esas pastillas por favor

Kayl dijo...

No entiendo el interés por dejar de soñar, el 50% de mi son sueños y pensamientos que se pierden cuando vuelvo al mundo real. Me niego a rechazar a esa parte imaginaria y soñadora, de ahí que esté siempre en mi pompa, tal vez demasiado(véase situación sms para nisa enviado a la única persona que no debía leerlo, vuelvo a pedir perdón).

Chinaski P. dijo...

Ponte gomina que no te despeine...

el vientecillo de la libertad

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