miércoles, 2 de junio de 2010

Pequeños placeres, I

Me gusta mirarme fijamente en el espejo del cuarto de baño, acercarme y alejarme de la luz y observar con atención cómo mi pupila se dilata y se contrae, se dilata y se contrae, se dilata y se contrae...

Somos máquinas. Sublime.

3 comentarios:

marta pug dijo...

ay ojete¡¡¡

Pablo Herrera dijo...

A mi me encanta mirarme en el espejo, lo veo casi como un ejercicio místico de autoconocimiento, te hace parar a pensar en como te ves y como te ven y demás. Ojalá tuviese un espejo gigante -o pequeñito- en mi cuarto.

Velero dijo...

¿Y sabes lo peor de los espejos? Que el lado derecho es el izquierdo, y viceversa. Te tiras toda la vida pensando que tienes el lunar, la cicatriz o ese hoyuelo tan mono y que tanto te gusta en un lado de la cara, y resulta que es todo lo contrario; está en el opuesto.

Seguramente, Alicia no está de acuerdo conmigo.

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