Aún no logro entender por qué me eligió precisamente a mí, de todas las personas de la tierra, para salvarme de su venganza contra el planeta. Pero sí, parecía muy convencida de que debía llevarme lejos del fuego, fuego que, por cierto, no tardó en extenderse por toda la ciudad.
- ¿Y está así el mundo entero?
- Sí. Pero no te preocupes, ya mismo nos vamos.
Sobre la azotea del edificio, a unos 30 pisos de altura, ultimábamos los detalles. Nuestro vehículo era una pequeña nave roja con lucecitas parpadeantes y tubos que estornudaban humo negro de cuando en cuando. No tenía pinta de volar, ese trasto. La vi entrar y salir cargada con cajas de comida.
- Con esto tendremos para los 10 días que dura el viaje.
- ¿Qué haremos cuando se acabe?
- Ya compraremos más cuando lleguemos a Júpiter, ¿no?
Volví la vista hacia el paisaje. Las llamas se acercaban por momentos.
- ¿Por qué nadie intenta apagarlo?
- Porque todos saben que el mundo tiene lo que se merece.
Di por válida su respuesta y me dispuse a liarme un cigarrillo. Al darle la primera calada sentí, mientras miraba la ciudad arder, que me estaba fumando el mundo. Creo que fue en ese preciso instante cuando se despertó en mí la misma locura que había visto en ella.
- ¿Estás listo?
- Creo que llevo listo toda mi vida, pero hasta ahora no me había dado cuenta.
Y despegamos.
La Tierra sigue ardiendo, o eso dicen los periódicos.
- Sí. Pero no te preocupes, ya mismo nos vamos.
Sobre la azotea del edificio, a unos 30 pisos de altura, ultimábamos los detalles. Nuestro vehículo era una pequeña nave roja con lucecitas parpadeantes y tubos que estornudaban humo negro de cuando en cuando. No tenía pinta de volar, ese trasto. La vi entrar y salir cargada con cajas de comida.
- Con esto tendremos para los 10 días que dura el viaje.
- ¿Qué haremos cuando se acabe?
- Ya compraremos más cuando lleguemos a Júpiter, ¿no?
Volví la vista hacia el paisaje. Las llamas se acercaban por momentos.
- ¿Por qué nadie intenta apagarlo?
- Porque todos saben que el mundo tiene lo que se merece.
Di por válida su respuesta y me dispuse a liarme un cigarrillo. Al darle la primera calada sentí, mientras miraba la ciudad arder, que me estaba fumando el mundo. Creo que fue en ese preciso instante cuando se despertó en mí la misma locura que había visto en ella.
- ¿Estás listo?
- Creo que llevo listo toda mi vida, pero hasta ahora no me había dado cuenta.
Y despegamos.
La Tierra sigue ardiendo, o eso dicen los periódicos.
PD. Rafa, todavía no me he rendido. Es sólo que, cada vez que intento cumplir el reto, acabo incendiando el planeta. Es comprensible, ¿no? Pronto, pronto.
10 comentarios:
Ojalá tuviera tu imaginación y saber como explotarla como tu :)
al final nos vamos de erasmus a pluton yo lo veo:)
p.d.: escribeme un libro
Irene, creo que os va a faltar comida hasta llegar a júpiter.... tendréis que hacer parada con seguridad en marte!
Hasta el infinito y más allá!!
Deberías sentirte más poderosa que Nerón quemando Roma =).
Tened cuidado de no caer en la mancha roja, a ver si os van a llevar los megatornados de Júpiter.
Me ha encantado el relato.
fuego le pido yo al futuro y un apagón general (8)
Te recomiendo "Deseando amar", la peli que mejor uso le ha dado al humo de cigarro que he visto. Para contrastar, veré dos capítulos de la Abeja Maya.
Un buen reto cuesta (H)
¡Hola, niña con instintos suicidas y homicidas!
¿Que decir de tus cerillas? Has prendido fuego al mundo tantas veces... ¡Ya no nos duele morir abrasados!
Estoy en la cornisa cantabrica, cuando vuelva a casa, te tengo preparado un video de regalo xD pero... ¡Tendrás que esperar al día 19!
Si se te olvida el mechero ¿tu marciano puede encenderte los cigarros con el dedo?
Publicar un comentario