viernes, 2 de abril de 2010

Luto.


Tanto luto y tanto luto así la tiene, podrida por dentro. Al andar nota el crujir de todos sus huesos, espera quebrarse de un momento a otro, abandonar sus restos en el suelo de una acera cualquiera hasta que algún entrometido decida enterrarlos.
Ya los ha perdido a todos.
Sólo le queda perderse también a ella. Y lleva el mejor de los caminos para conseguirlo. “Para algo que se me está dando bien”, se dice, “tendré que esforzarme”. Esforzarse en vivir en blanco y negro y renegar del presente, encallada en un pasado que le escupe cada vez que se vuelve atrás para mirarlo.

Hay quien la observa con preocupación. No saben que ella nunca ha hecho caso de consejo alguno, ni siquiera de los suyos. Ignoran que oculta demasiados errores y que se disfraza cada mañana de alguien que poco tiene que ver con ella, un cachorro apaleado que ha desarrollado miedo a todo. No se acostumbró a perder. No aprendió nada. No supo en su momento contraatacar con uñas y dientes a quien intentaba apuñalarla. Y sus ojos lloran porque no les deja abrirse, porque está tan cansada del horror de su mundo, del pánico que siente hacia las personas, que prefiere pasar con pena y sin gloria, ahogada en el veneno del recuerdo, hasta que le llegue el día.

Yo también suelo mirarla desde lejos. Creo que alguien debería hacerle ver que guardar luto nunca ha servido para traer a nadie de vuelta.

6 comentarios:

Marta dijo...

tu haces que la vda se me vuelva de coloresssss(8) XD


sabes que me vas ha acer un sombrerito de señorita cincubina del siglo XIX a que si?



se sale¡¡¡¡

Pablo Herrera dijo...

Oh!!! Me he enamorado perdidamente de tu final: Creo que alguien debería hacerle ver que guardar luto nunca ha servido para traer a nadie de vuelta.

Pero vivir así es su decisión, perderse a ella como dices, y sumergirse en el bucle de una mentira hasta convertirla en verdad, y respirar y vivir en blanco y negro.

Nisa dijo...

colores coloreeees

June dijo...

Me hasces estremecer con cada una de tus entradas, unas veces por curiosidad, otras por deseo de llegar al final y saber qué fue de la mujer que vive en blanco y negro, o simplemente por llegar a sentir ese tictac...
Gracias por estos buenos ratos que me das cada vez que leo algo tuyo. =)

Velero dijo...

Ni siquiera existen los colores ... esa ilusión en la que traduce nuestro cerebro la absorción o reflexión de la luz por parte de los objetos.

Sarita dijo...

yo quiero disfrazarme asi para morir en nuestra fotonovela (L)

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