martes, 5 de julio de 2011

Ser perfecta para este mundo de mierda.


Para tener unos labios atractivos, aprenda a fumar con estilo, a expulsar el humo con gracia. No sonría más de lo necesario, las mujeres felices son demasiado fáciles de entender: usted debe pretender crear a su alrededor ese clima de incomprensión y distancia, una tensión entre animal herido y tigre peligroso digna de ese tipo de mujeres.

Hable siempre como si usted fuese algo así como una intelectual, demuestre que es capaz de hablar de literatura nombrando a Bukowski, Joyce o Virginia Woolfe sin ni siquiera haber leído en su vida nada de ellos; sin mencionar que lo que a usted le gusta en realidad es esa escritura rítmica y agradable tan despreciada por los culturetas, como La sombra del viento, que le heló la sangre en su día. Hable de música clásica, de jazz o del rock de los 70, pero nunca admita que le gusta, de vez en cuando, volver a escuchar sus cintas de Estopa que tanto le recuerdan a esos viajes en coche camino a Fuengirola, ni comente públicamente su opinión positiva sobre Lady Gaga. Admita que la última de Woody Allen estaba a la altura, alabe los inteligentes giros de guión de cualquier película surrealista de Lynch y repase antes de salir los detalles más escabrosos de la vida de Hitchcock; no se le ocurra decir que disfruta con las películas cutres de institutos americanos en la que el quaterback buenorro se enamora del patito feo.

Para tener ojos adorables, estudie con precisión cada caída de pestañas, no deje nada a la improvisación. Entrene a sus pupilas para clavarse en los ojos de cualquiera con la potencia de una femme fatale, aunque le esté costando disimular que está temblando por dentro. Aprenda a adoptar esa mirada de desencanto con la vida que la hace parecer inalcanzable y que tanto despierta el interés de los hombres.

Para tener una figura esbelta, no coma más que lo necesario para no desfallecer, convénzase a sí misma de que su objetivo en la vida es ser como aquellas mujeres de revista que sonríen tan felices y perfectas entre páginas satinadas. Pero no lo admita nunca públicamente. Diga que preferiría tener la talla 44 de Marilyn Monroe al cuerpecito de las hermanas Olsen, aunque sea la mentira más grande que ha dicho en el día. Añada, para acabar, que eso no quiere decir que esté descontenta con su físico, que se gusta tal y como es, y que la publicidad es la única culpable de toda la anorexia del mundo.

La belleza no está en el interior. La belleza está en los huesos marcados del cuello, en unas piernas largas y delgadas, en un pecho abundante pero turgente y en una piel joven, sin estrías ni varices ni cicatrices ni marcas. Así que sea como quieren que sea. En el fondo, también usted lo desea secretamente. Tan secretamente como mantiene sus auténticas inquietudes, disfrazándolas de otras más llamativas para hacer creer a los demás que es usted alguien especial. Pero no lo es. Es como todas. Quiere ser perfecta para los demás. Desea ser perfecta para este mundo de mierda que ni siquiera lo merece.

Estáis creando monstruos, y ninguno estamos a salvo.




















Sí, yo también quiero ser una Olsen. ¿Quién no?


17 comentarios:

Astromántica dijo...

Sublime tronca, sublime.

PD: Yo también escucho a Estopa y lo reconozco. No quiero ser femme fatale, eso es muy difícil para mí.

Carlos dijo...

Buenísimo Irene ;) Veo que te están sentando bien las vacaciones (tengo examen mañana ¬¬) jaja

En esta sociedad de mierda el supuesto canon de belleza superior para la mujer, y cada vez más para los hombres, es uno de los peores yugos. La distinción, el aparentar, las absurdas modas que van y vienen...

Vivimos al filo de la navaja, como un funambulista intentando no sucumbir a ello. Sin embargo, como dices, nos vanagloriamos al hablar de productos culturales que han creado otros, haciéndolos propios. Creemos ser diferentes, auténticos, en un vano intento por huir del estándar al que prácticamente nos obligan a seguir.

Lo dicho, increíble post.

Irene Bebop dijo...

Y en ese intento por huir del estándar, caemos en un estándar aún más artificial y prefabricado. Nos creemos que estamos por encima y en realidad seguimos tan controlados como antes o más. Qué lástima de nosotros...

Ánimo para el último examen, señor J!

Rafart dijo...

Para mí, el estatus máximo de lo sexy, sensual y bonito está en una chica recién levantada, con el pelo revuelto, cara feliz medio dormida y una camiseta enorme de pijama.

PD: lo de estopa hacie Fuengirola me ha parecido magistral, jajajaja.
PPD: vayamos a una clínica estética a comer donettes!
PPPD: ahora que acabé con la universidad, retomaré el blog.

Ale dijo...

Que bueeena. Me recuerda a aquello de "enamórate de una chica que no lea", aunque con esa influencia bebob tan poderosa...;)
A lo mejor dentro de un tiempo vuelve a ser bien vista la espontaneidad como parte de la belleza. Hasta entonces que se considere privilegiado quien pueda disfrutarla sin prejuicios. He dicho.
Un besooou

Bubo dijo...

Jo que suerte tengo. Ya soy perfecto siendo como soy, quizá los demás no sepan pero eso es problema de ellos.

Unknown dijo...

Pues yo no.

Me pasa como a Bubo, que la perfección gira en torno a mí. Pero hay que hablarle muy bajito, sólo susurrar su nombre, o ¡Blof!, desaparece.

Buscando en Wikipedia "nombres de directores de cine repelentes, pedantes y alternativos".

Dorian dijo...

Me encanta el aprieto en el que me has puesto durante todo el texto. No sabía si reírme (por la ironía y el tono de humor que le has dado) o indignarme (por la dura crítica que subyace del mundo de las apariencias). Vale lo confieso, no pude contenerme, me he partido de risa y por ello te lo agradezco. Muy bueno de veras ;)

Pablo Herrera dijo...

Me ha encantado y suscribo plenamente su comentario en el que dices al huir del estándar caemos en otro aún más prefabricado, dispuesto para retener a la posible oposición.
Pero bueno, quizá podamos salir, ser consciente siempre es el primer paso!

ოᕱᏒᎥꂅ dijo...

pues yo me considero divina! que le vamos hacer....
a mi a mis 41 tacos me fascina lady gaga, canto a todo pulmón muy mal y no estoy en la talla 38 ni de lejos.....

Miguel Cobo dijo...

Si fuera todavía tu profe te pondría un 10, coincidiendo con el final de curso. Se lo he leído en voz alta a mi mujer ¡y ha flipao!

Feliz verano y sé "la plus belle pour aller danser"

Álvaro Ochoa dijo...

Yo creo que Heidi Klum no quiere ser una Olsen. ¡QUÉ VULGAR!

Unknown dijo...

A mi no me gustan nada las Olsen.

Unknown dijo...

Y desde mi arrogante opinión, tengo que decir que David Lynch me parece mierda de la mala. Digan lo que digan.

Taulmaril dijo...

Es bueno tener ganas de ser mejor en algo. Ser bueno en esto, ser bueno en aquello. Pero cuando se quiere ser mejor por miedo, entonces se acaba siendo algo así como una gemela esquelética y drogadicta.

Me gusta el mens sana in corpore sano, aunque para mi sea un equilibrio casi inalcanzable. Me gusta ver como mi cuerpo se va asentando en una rutina de esfuerzo con el deporte, me gusta verme bien al igual que me encanta cuando descubro que de verdad tengo sensaciones que me llenan y que he traducido el conocimiento en una especie de sabiduría de refranero.

PD: Deja ya de meterte en mis archivos personales y sacar cosas que he hecho antes de pasar por aquí aka encantarme la Sombra del Viento, ir escuchando casettes de Estopa y otros de viaje a Fuengirola o disfrutar con la peor peli de insti americano. ¬¬

marta pug dijo...

TODAS LLEVAMOS UNA OLSEN DENTRO QUE QUEREMOS SACAR EN VERDAD DA ASCO.



viva lo superficial e intentar serlo porque es nuestro anhelo mas profendo, sí señor.

Raikkkonen dijo...

Las Olsen tienen un buen polvazo y mucha pasta, cosas que carecen de importancia

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